Cirugía de cataratas
La catarata es una patología que se desarrolla progresivamente, debido a la pérdida de transparencia del cristalino, lo que se traduce en una disminución de la calidad visual.
Esta es la primera causa de discapacidad visual en el mundo (en efecto, 17 millones de personas padecen ceguera evitable por cataratas) y, por lo tanto, la enfermedad de los ojos más operada en países desarrollados.
La edad y la distribución de la opacificación son los principales factores que determinan el impacto de la catarata sobre la visión y la calidad de vida.
Síntomas
Los síntomas suelen aparecer a partir de los 55 años, y los más comunes son:
• Visión borrosa, “nublada” y, en ocasiones, doble.
• Fotofobia (molestia excesiva ante la luz) y deslumbramientos.
• Disminución de la sensibilidad a colores, contrastes, relieves, profundidad.
• Empeoramiento de la visión en días soleados.
• Dificultad para conducir de noche.
• Pérdida de seguridad al andar o subir/bajar escaleras.
• Aumento de la miopía (visión lejana poco nítida).
• Incapacidad para leer letras pequeñas.
• Recuperación repentina de la visión que hace que dejen de necesitar gafas de cerca.
• Cambios frecuentes en la graduación de las gafas.
Control
La catarata no se puede prevenir, pero se puede diagnosticar de forma precoz, cuando todavía no resulta incapacitante para la vida del paciente.
Para poder detectar su presencia y determinar su tipología, tamaño y localización, así como el momento indicado para operar, se aconsejan revisiones periódicas con el oftalmólogo, especialmente a partir de los 45 o 50 años (edad a la que empieza a activarse el proceso degenerativo del ojo).
Para evitar la aceleración de la catarata, también se recomienda prestar atención a los hábitos de vida que perjudican a la salud ocular y que pueden contribuir a su aparición, como el tabaco, la alimentación desequilibrada y la exposición acumulada al sol sin protección.
Tratamiento
La única manera de eliminar una catarata es por medio de una cirugía, a través de un procedimiento denominado facoemulsificación, junto al implante de una lente intraocular (prótesis).
La operación de catarata es un procedimiento ambulatorio, breve, que se lleva a cabo con un monitoreo cardiológico del paciente. Se utiliza anestesia local (en gotas), y en ciertos casos puede realizarse una sedación.
Es un procedimiento seguro debido a que se realiza una incisión muy pequeña (de 2 a 3 mm) y autosellante, que por lo general no requiere sutura.
En la evaluación prequirúrgica -a través del análisis del ojo y de estudios complementarios- se decide junto al paciente cual es el tipo de lente intraocular que mejor se adapta a sus requerimientos (monofocal, tórica, de rango extendido o multifocal). Las lentes multifocales tienen la ventaja de permitirle al paciente independizarse de sus anteojos.